El maestro Raimundo

Raimundo Valenzuela nació en 1911, en una pequeña aldea gallega llamada Baldranes de Tuy. Desde muy temprano ya sabía que quería ser maestro. Pero en aquella época no era fácil si procedías de una familia humilde.
Pero pudo enfrentarse a las adversidades y no se rindió, y consiguió su sueño de ser maestro, maestro de escuela.
En su condición de interino llegó a muchos destinos, a pueblos en donde junto con el alcalde, médico y párroco gozó de un grato reconocimiento.
La vida de Raimundo sufrió un giro brusco, duro e inesperado, perdió a su esposa y se quedó viudo y con tres hijos a la temprana edad de 37 años.
Siguió con su vida de maestro, de pueblo en pueblo, durante largos y tristes años , separado de sus hijos pequeños, hasta que conoció a su nueva compañera de viaje, una joven maestra que ejercía su profesión en el mismo pueblo que Raimundo. Pronto tuvieron un hijo (que hoy es maestro también) Y comenzó una feliz vida hasta que un día el destino quiso que nos dejará haciendo lo que más le gustaba, dar clase. Allí en un pequeño pueblo de Burgos (Arija), durante una fría mañana del mes de marzo de 1969, mientras los alumnos se divertían en su tiempo de descanso en la patio de atrás del majestuoso colegio, Raimundo se debió sentir mal, y allí mismo sentado en su silla de maestro y con los brazos apoyados en su mesa, apoyó la cabeza y se fue. Se fue haciendo lo que más le gustaba, enseñar a sus alumnos a crecer en conocimientos , pero sobretodo a crecer como personas, gozaba de una creatividad sin límites, por lo que siempre ingeniaba algún tipo de artefacto para entusiasmar a sus alumnos. Tenía un sentido del humor y una bondad increíbles, todos que le conocieron, solo tienen halagos para el.
Yo no tuve la oportunidad de conocerle, pero mi madre ha sabido transmitirnos todo su legado y me siento afortunada de ser su nieta y espero que de alguna forma el se sienta orgulloso de que yo haya decidido seguir sus pasos.